“Los regalos de Dios me dan mucha alegría”

El Banco Central del Paraguay le pagó un curso de capacitación en New York, pero surgió un problema: la Primera Comunión de su hija María Belén.

Eduardo y Lourdes en su casa, con los chicos: De izquierda a derecha aparecen Camila, María Belén, Lucía, Guadalupe, Federico y Matías.

Eduardo Feschenko, asunceno, de familia ucraniana, es supernumerario del Opus Dei. Está casado con Lourdes, tiene 6 hijos, y uno más viene en camino. Economista de profesión, trabaja en el Banco Central del Paraguay, donde además de analizar números y estadísticas, trata de ayudar a sus colegas a mejorar su preparación doctrinal religiosa. Pero para encontrar el centro de su vida hay que fijarse en otro lado: su familia.

              ¿Cómo fue eso de tu viaje relámpago New York-Asunción, Asunción-New York?

             Yo quería darle a mi hija una señal. Quería que se diera cuenta de dos cosas: que la Primera Comunión es algo muy importante, y que su padre la acompañaría, sea como sea, aunque la fecha de la ceremonia me viniera realmente muy mal porque el Banco me había pagado un curso de capacitación en New York justo por esos días. Así que un fin de semana, mientras promediaba el curso, me escapé en silencio de allá: salí para Asunción un viernes –fue un “escape” casi cinematográfico- y retorné el lunes a la mañana. Gracias a Dios, mi ausencia pasó desapercibida. (risas). Lógicamente tuve que correr mucho y pagarme el viaje extra, pero creo que valió la pena

             Empecemos por tu primer contacto con la Obra.

            Bueno, yo conocí la Obra en el segundo curso de la Universidad Nacional de Asunción, a través de un compañero de estudio que me invitó a participar en un club de Economía. Fue por el año 1990.

            ¿Qué te impulsó a querer ser parte del Opus Dei?

            Cuando conocí por primera vez la Obra, vi que había un grupo de personas y amigos en quienes podía confiar y que trataban de ayudarme en varios aspectos de mi vida. Y después fui conociendo otras cosas de la vida cristiana que me causaron un impacto muy positivo.

            ¿Qué aspectos de tu vida cambiaron desde entonces?     

            Principalmente me decidí vivir el cristianismo con más profundidad. Digamos, a conocer un poco más a Dios.

            ¿En tu oficina saben que sos del Opus Dei?

            Sí. Lo saben varias personas.

            ¿Cuál es su reacción cuando conocen tu pertenencia a la Obra?      

            Me hacen muchas preguntas, porque tienen dudas o están mal informados también. Otros tienen un sano interés en conocer un poco más la fe católica y el espíritu de la Obra…

            Tengo entendido que estás dando un curso de catequesis en la oficina…

            Si. Tuvimos, teníamos un curso de doctrina católica en el Banco Central, a la salida del horario laboral. Cuando todos se iban, nos quedábamos con unos cuantos amigos para charlar sobre las verdades del Catecismo de la Iglesia. Eso fue durante dos o tres años, y ahora trasladamos esa actividad a un centro de la Obra.

            ¿Cómo fue que se dio la oportunidad de hacer este curso?

            De las conversaciones que tenía con varios compañeros. Me di cuenta que podía ser útil, y ellos también entendieron la importancia, por lo que aceptaron gustosos mi invitación.

            ¿Cómo te ayuda tu formación cristiana en su trabajo y en su casa?

           Ah! Empezando por lo más importante, en mi casa me ayuda a tomar más en serio la atención a mi esposa y mis hijos. Tengo que esforzarme por hacer bien ese trabajo. Y en la oficina me ayuda mucho a no quedarme solamente en los objetivos humanos, porque a veces estos no salen bien. Pero en lo que se refiere al trabajo para Dios, me da mucha tranquilidad y alegría.

            ¿Que impresión le causa la figura del fundador del Opus Dei?

            Me impresiona la fidelidad que él tuvo para cumplir la voluntad divina, y el gran espíritu de servicio que manifestó hacia nosotros, las personas que convivieron con él y también a todos los demás que vendrían a la Obra en el futuro. Cómo se esforzó por darnos esa ayuda necesaria para poder entender esta vocación, que nos lleva a buscar la santidad en la familia y en el trabajo, con los amigos.

            ¿Creés que realmente se trata de un santo en nuestra época?

            Sí. Definitivamente.

            ¿En qué te ha ayudado San Josemaría?

            Me ayudó a que en mi vida pueda tener más paz y alegría por el hecho de esforzarme un poco más por entender la voluntad de Dios en mi vida. Y eso me da mucha paz en las actividades del día.

            Algunos dicen que el Opus Dei es muy cerrado. ¿Estás de acuerdo?

            Yo creo que es una información incorrecta. El que dice eso, en realidad, está hablando de mí: y yo me esfuerzo y trato de dar señales de no tener esa actitud, porque me interesa mucho la conversación con las personas, para poder difundir justamente la Obra. Y ninguno de los que está conmigo, me ha manifestado eso directamente.

            ¿Por qué elegiste tener muchos hijos?

            Porque veo que estoy cumpliendo la voluntad de Dios en mi vida, en primer lugar. Y en segundo lugar, que los regalos de Dios me dan mucha alegría. Aunque a veces tenemos mucho cansancio físico, pero con una buena hora de sueño se recupera (risas)

            ¿Cómo hacés para mantener un equilibrio entre tu trabajo y tu familia?

            Digamos que trato de aplicar un criterio razonable, en términos de duración de horas laborales. Por ahí, si a veces me toca quedarme más horas por un trabajo, trato de compensar otro día saliendo más temprano, pero en general trato de que sean ocho horas.

            ¿Creés que realmente se puede alcanzar la santidad a través de la familia y el trabajo?

            Sí. Creo totalmente que es posible. En la Obra entendí que esa llamada existe de parte de Dios y depende de la ganas que nosotros pongamos y del compromiso en avanzar para poder lograrlo o no.