Sara, “desbordada” por la visita del Papa a Suecia

“El contable de la empresa, mis amigos evangélicos, el refugiado que conocí en el tren... ¡Todos quieren saber más sobre la visita del Papa Francisco!”. Sara Fredestad vive en Ängelholm (Suecia) y está preparándose para unos días maravillosos.

Sarah Fredestad, con uno de sus hijos.

Sara está casada con Thomas, tienen 4 hijos y vive en Ängelholm. Ambos gestionan una editorial que, entre otros, difunden muchos volúmenes con doctrina cristiana. Con motivo de la próxima visita del Papa a Suecia, narra algunas anécdotas de las últimas semanas:

En los lugares más inesperados, me encuentro con una curiosidad expectante: el sueco “de la calle” quiere saber más sobre el Santo Padre.

"Prefiero tener al Papa en mi sala de estar que al presidente del Gobierno". Esta conclusión inusual viene del contable de mi empresa. De repente, una reunión de trabajo sobre las cuentas de nuestra editorial se ha transformado en una conversación sobre la visita del Papa Francisco a Suecia.

Esto es una muestra de lo que vivimos estos días en mi país. En los lugares más inesperados, me encuentro con una curiosidad expectante: el sueco “de la calle” quiere saber más sobre el Santo Padre.

Recientemente, fui a una iglesia de una pequeña confesión evangélica para hablarles de Elisabeth Hesselblad, nuestra nueva santa sueca. Cuando pensaba que ya había terminado, me pidieron que subiera de nuevo al podio y me bombardearon con preguntas: “¿Nos podrías contar algo sobre la visita del Papa? ¿Puede cualquiera participar en la Misa? ¿Cómo se consiguen entradas para la Misa?”.

¿Eres católico?

En el tren camino del aeropuerto, coincidí con un refugiado de África Occidental. “¿Eres católico?”, le pregunté. “Sí”. Me dijo. “¿Y vas a ir a la misa con el Papa?”, insistió. “Me gustaría, pero no se cómo se consiguen las entradas”. Enseguida, nos concentramos sobre mi smartphone para reservar el billete que le permitiría participar en las ceremonias, empresa no del todo fácil. Antes de despedirnos, lo logramos.

Nos estamos dando cuenta que la gente no esta demasiado interesada en discusiones teológicas sobre las diferencias doctrinales.

A través de Facebook, también un antiguo compañero del colegio me dijo que estaba buscando las entradas. Pude ayudarle, indicándole el website donde las gestionaban e informándole de los actos de la visita del Papa. No nos veíamos desde hace más de 20 años, pero el Papa Francisco nos ha dado la oportunidad de recuperar la amistad.

El motivo de la visita del Papa a Suecia es, desde el punto de vista católico, el suceso más triste de la historia de nuestro país: la Reforma. Pero en estos días nos estamos dando cuenta que la gente no esta demasiado interesada en discusiones teológicas sobre las diferencias doctrinales. Toda la curiosidad se concentra en la persona del Papa y su mensaje: sienten -casi “instintivamente”- que quien viene a estas latitudes septentrionales es el pastor de la cristiandad.

Sarah con Thomas, su marido.

Durante los próximos días, los católicos tenemos una oportunidad de oro para llegar a mucha gente. Un punto de Forja explica con palabras certeras lo que significa esta visita: Desde Roma a la periferia. –Al colaborar tú en esa expansión, por el orbe entero, lleva la periferia al Papa, para que la tierra toda sea un solo rebaño y un solo Pastor: ¡un solo apostolado!

Con el fin de dar más eco al viaje del Papa, mi marido y yo hemos puesto en marcha un blog: www.catholica.se/sv/blog

Con el fin de dar más eco al viaje del Papa, mi marido y yo hemos puesto en marcha un blog (https://catholica.se/sv/blog) con el que, desde hace unos meses, respondemos al interés suscitado por la visita papal. Además, estamos gestionando el viaje de muchos amigos que, desde otros puntos del país, viajarán para asistir a la misa del Papa. Se trata de asegurar que todos tengan comida, una cama o un asiento en el autobús que les trasladará a Malmö. Además, hay que pensar en cómo hacer para que los niños no se enfríen durante la Misa al aire libre, ya que en Suecia en noviembre, hace frío. No habrá más remedio que llevar un montón de ropa, mantas y chocolate caliente.

Pero la visita del Santo Padre vale la pena tantos esfuerzos. Él traerá el calor de Jesucristo a estas tierras.